NORMA SHEARER E IRVING THALBERG
Ella representó en los años del cine silente, y en los inicios del sonoro el triunfo de la mujer en la sociedad ; Norma era liberal, independiente, sofisticada , sexual....si algo la hizo destacar, más allá de su gran talento como actriz, sin duda fueron estos conceptos que tuvo la oportunidad de difundir mediante el cine.
Él ,uno de los productores más reconocidos e importantes del cine, actualmente incluso se conceden unos premios que llevan su nombre, que cambió la idea que hasta entonces se tenía de como producir películas, y dejó su impronta grabada para siempre en el séptimo arte.
Irving siempre fue un muchacho con numerosos problemas de salud, y siendo tan sólo un niño le diagnosticaron una enfermedad con la que no podría vivir más allá de cumplida la treintena; este hecho siempre condicionó al hombre brillante e innovador que era Irving, y tal vez por eso llegado a una edad decidió compartir su vida con esta carismática mujer en la cual depositó todas sus esperanzas como hombre ,y como el productor reconocido que era.
Irving tenía una gran facilidad para fabricar estrellas del celuloide, y antes de hacerlo con Norma otros nombres inolvidables como Gable, Harlow, o Loreta Young ,entre otros, pasaron por sus manos.
El caso de Norma, debido a la afinidad que los unía fue diferente; ella ya contaba con un próspero currículum en el cine mudo, había trabajado con importantes directores como Lubitsch o Griffitt, antes de unir su vida a este importante productor, pero él le ofreció una posibilidad que jamás hubiese imaginado: poder absoluto a la hora de elegir papeles, compañeros de reparto e incluso modificaciones de guión para ver así beneficiada su imágen.
Cuando Irving conoció a Norma no le concedió ninguna importancia, ya que estaba totalmente centrado en la figura de una actriz a la que estaba en proceso de convertir en estrella y en la que había puesto toda su confianza: ésta era nada más y nada menos que Greta Garbo; así que cualquier suposición que haga pensar que lo que guió a Thalberg a convertir a Norma en una estrella fue el romanticismo, es falsa; él era un hombre práctico y ambicioso que no se dejaba llevar por sentimentalismos ,y si apostó por la que más tarde se convertiría en su esposa fue indudablemente porque encontró en ella determinación y mucho talento.
Fue en el año 1923, cuando Norma, sin saberlo, sellaría su destino tanto personal como profesional, ya que pasó a formar parte de la MGM, y aquí sería donde conocería al que ella siempre denominó: "El hombre de mi vida".
Irving no era hombre que se dejara impresionar por la belleza física, en cambio la naturalidad y la sencillez con las que contaba Norma inmediatamente llamaron su atención; tanto fue así que le propuso una prueba de cámara para valorar así su puesta en escena; fue un auténtico desastre ya que su particular rostro necesitaba de una iluminación especial, sobre todo para disimular el ligero estrabismo que padecía. La actriz que era dueña de un fuerte y peculiar carácter, exigió, más que solicitó, otra prueba con iluminación adecuada, y cual no fue la sorpresa para Irving cuando comprobó que la actriz superaba con creces cualquier expectativa imaginada.
En este momento comenzó el enamoramiento por parte del productor, que vió en la jóven a la mujer con la que le gustaría compartir el resto de su vida.
Se casaron en el año 1927, eso sí con la aprobación de Henrietta que era la madre de Irving, y a partir de ese momento Norma pasó a convertirse en la reina de la MGM.Mucho se especuló sobre esta unión, las lenguas viperinas siempre tacharon a la actriz de aprovechada, pues no se comprendía como un hombre de la importancia de Irving que además vivía su día a día rodeado de bellezas deslumbrantes, podía haberse fijado en una chica que más bien era del montón, y de carácter indomable.
Fue a partir de su casamiento, cuando Norma protagonizó los papeles más polémicos en los cuales solía dar vida a mujeres sofisticadas y liberales, que la hicieron gozar de muchísima popularidad entre el público.
La felicidad de la pareja era plena, de hecho muchos aseguraban no haber visto nunca tan pletórico al joven Irving, y Norma enamorada y agradecida , correspondía a su amor con gusto.
Asistían a todas las fiestas juntos, viajaban, compartían amistades, vivían la vida con una intensidad propia de aquél que siente que su existencia pende de un hilo.
Entre 1927 y 1936, año en que Thalberg murió de una neumonia , Shearer subió a la cumbre, pero al morir su marido desapareció del firmamento de Hollywood.
Tres años desaparecida con sus recuerdos ,y criando a los dos hijos que había tenido con él; pero afortunadamente para los que amamos el cine,en el año 1939 Cukor la rescató del olvido y le ofreció un papel en "Mujeres", que por cierto se convertiría en la mejor película de su carrera.
Con "Mujeres" Shearer recuperó de nuevo su brillo estelar, y el público acogió enfebrecido a la que fuera la reina de la Metro; pero tras esta participación su luz se apagó de nuevo y jamás se supo de ella.
Años después se casó con un hombre bastantes años más jóven que ella, cuyo parecido con Thalberg era asombroso. Al morir la enterraron junto a Irving, y en su lápida reza la siguiente frase: "Mi amor para siempre".
Irving siempre fue un muchacho con numerosos problemas de salud, y siendo tan sólo un niño le diagnosticaron una enfermedad con la que no podría vivir más allá de cumplida la treintena; este hecho siempre condicionó al hombre brillante e innovador que era Irving, y tal vez por eso llegado a una edad decidió compartir su vida con esta carismática mujer en la cual depositó todas sus esperanzas como hombre ,y como el productor reconocido que era.
Irving tenía una gran facilidad para fabricar estrellas del celuloide, y antes de hacerlo con Norma otros nombres inolvidables como Gable, Harlow, o Loreta Young ,entre otros, pasaron por sus manos.
El caso de Norma, debido a la afinidad que los unía fue diferente; ella ya contaba con un próspero currículum en el cine mudo, había trabajado con importantes directores como Lubitsch o Griffitt, antes de unir su vida a este importante productor, pero él le ofreció una posibilidad que jamás hubiese imaginado: poder absoluto a la hora de elegir papeles, compañeros de reparto e incluso modificaciones de guión para ver así beneficiada su imágen.
Cuando Irving conoció a Norma no le concedió ninguna importancia, ya que estaba totalmente centrado en la figura de una actriz a la que estaba en proceso de convertir en estrella y en la que había puesto toda su confianza: ésta era nada más y nada menos que Greta Garbo; así que cualquier suposición que haga pensar que lo que guió a Thalberg a convertir a Norma en una estrella fue el romanticismo, es falsa; él era un hombre práctico y ambicioso que no se dejaba llevar por sentimentalismos ,y si apostó por la que más tarde se convertiría en su esposa fue indudablemente porque encontró en ella determinación y mucho talento.
Fue en el año 1923, cuando Norma, sin saberlo, sellaría su destino tanto personal como profesional, ya que pasó a formar parte de la MGM, y aquí sería donde conocería al que ella siempre denominó: "El hombre de mi vida".
Irving no era hombre que se dejara impresionar por la belleza física, en cambio la naturalidad y la sencillez con las que contaba Norma inmediatamente llamaron su atención; tanto fue así que le propuso una prueba de cámara para valorar así su puesta en escena; fue un auténtico desastre ya que su particular rostro necesitaba de una iluminación especial, sobre todo para disimular el ligero estrabismo que padecía. La actriz que era dueña de un fuerte y peculiar carácter, exigió, más que solicitó, otra prueba con iluminación adecuada, y cual no fue la sorpresa para Irving cuando comprobó que la actriz superaba con creces cualquier expectativa imaginada.
En este momento comenzó el enamoramiento por parte del productor, que vió en la jóven a la mujer con la que le gustaría compartir el resto de su vida.
Se casaron en el año 1927, eso sí con la aprobación de Henrietta que era la madre de Irving, y a partir de ese momento Norma pasó a convertirse en la reina de la MGM.Mucho se especuló sobre esta unión, las lenguas viperinas siempre tacharon a la actriz de aprovechada, pues no se comprendía como un hombre de la importancia de Irving que además vivía su día a día rodeado de bellezas deslumbrantes, podía haberse fijado en una chica que más bien era del montón, y de carácter indomable.
Fue a partir de su casamiento, cuando Norma protagonizó los papeles más polémicos en los cuales solía dar vida a mujeres sofisticadas y liberales, que la hicieron gozar de muchísima popularidad entre el público.
La felicidad de la pareja era plena, de hecho muchos aseguraban no haber visto nunca tan pletórico al joven Irving, y Norma enamorada y agradecida , correspondía a su amor con gusto.
Asistían a todas las fiestas juntos, viajaban, compartían amistades, vivían la vida con una intensidad propia de aquél que siente que su existencia pende de un hilo.
Entre 1927 y 1936, año en que Thalberg murió de una neumonia , Shearer subió a la cumbre, pero al morir su marido desapareció del firmamento de Hollywood.
Tres años desaparecida con sus recuerdos ,y criando a los dos hijos que había tenido con él; pero afortunadamente para los que amamos el cine,en el año 1939 Cukor la rescató del olvido y le ofreció un papel en "Mujeres", que por cierto se convertiría en la mejor película de su carrera.
Con "Mujeres" Shearer recuperó de nuevo su brillo estelar, y el público acogió enfebrecido a la que fuera la reina de la Metro; pero tras esta participación su luz se apagó de nuevo y jamás se supo de ella.
Años después se casó con un hombre bastantes años más jóven que ella, cuyo parecido con Thalberg era asombroso. Al morir la enterraron junto a Irving, y en su lápida reza la siguiente frase: "Mi amor para siempre".